Mejores zapatillas minimalistas para running
Las zapatillas minimalistas para correr es una de las categorías que puede entrañar más polémica y división entren partidarios y detractores. Para algunos de sus defensores más fervientes, la imagen del gran atleta etíope Abebe Bikila entrando, corriendo descalzo, en la Via Appia de Roma en el maratón de los JJOO de 1960 es una veneración al movimiento del barefoot (aunque ni la intención ni las motivaciones del atleta africano tuvieran nada que ver con ello; y eso que su biografía, obra de Paul Rambali, lleva por título A barefoot runner). O, lo que es lo mismo, correr sin artificios, descalzos, tal y como llegamos a este mundo. Pero hay que distinguir a los atletas que por casuística, y por costumbre corren descalzos, como los atletas africanos (aunque cada vez son menos) y aquellos que, de acuerdo con una moda o con una forma de pensar y de entender el ejercicio físico y la vida, se han sumado a esta tendencia.
El éxito del best-seller Nacidos para correr (2009) del periodista y corredor popular norteamericano Christopher McDougall no ha hecho más que agrandar el número de partidarios de este tipo de filosofía. A raíz del conocimiento de los Tarahumara, una tribu de las Barrancas del Cobre (en la Sierra Madre de Méjico) los miembros de la cual pueden correr horas y horas sin prácticamente descansar y con unas chanclas en los pies, hechas por ellos mismos, palabras como barefoot o minimalismo han entrado a formar parte del vocabulario del mundo del correr. La Barefoot Running Society de los Estados Unidos, por ejemplo, ya tenía más de 2.000 miembros en el año 2012 y crece, año tras año, de forma exponencial. A todo ello, hay que añadir el natural running, una tendencia creciente que buscar correr de la forma más natural posible.
Algunos estudios científicos de la Universidad de Harvard y Newcastle (Australia) abalan que correr descalzo o con zapatillas minimalistas es volver a los orígenes. Cuando el hombre, como animal, se desplazaba a todas partes descalzo. Incluso para cazar y correr grandes distancias. El mismo Christopher McDougall reconoce que desde que corre descalzo no ha vuelto a lesionarse. De hecho, en el libro, donde rescata “el placer de correr, que dejó de ser divertido cuando pasó de ser un juego para convertirse en trabajo”, explica que algunos de estos estudios demuestran que las zapatillas son dañinas. McDougall, junto al doctor Lieberman (Universidad de Harvard), llega a argumentar que “las zapatillas son la causa de muchas lesiones”. La frase del cuádruple ganador del Maratón de Nueva York y el Maratón de Boston, Bill Rodgers, sería una especie de mantra para este colectivo: “La mejor zapatilla para ti es aquella que permite al pie hacer lo que quiere hacer”. De forma esquemática, los beneficios del minimalismo se podrían sintetizar en:
-La zancada es más corta (un hecho que no altera el coste metabólico), por lo que se reducen las fuerzas de impacto iniciales con la superficie. Una mayor cadencia también se traduce en un centro de gravedad más bajo.
-El pie contacta de forma más plana con el suelo y disminuye la presión sobre el talón.
-El barefoot, al permitir el contacto directo de los pies con el suelo, incrementa la capacidad propioceptiva. En este sentido, promueve un apoyo activo del pie.
-La frecuencia cardíaca es menor y, consecuentemente, el consumo de oxígeno también (un 5’7% inferior). Por lo tanto, la economía de carrera es mejor que con un calzado deportivo.
En el polo opuesto, situamos a los amantes del running tradicional, de la amortigación, de la estabilidad, de la comodidad, etc. Es todo un sector de corredores muy amplio que entiende que una deportiva, además de ofrecer confort y estabilidad, permite amortiguar los dolores articulares que supone la práctica del running. En una palabra, una zapatilla nos permite correr con más comodidad. Sí, es un elemento ajeno a la naturaleza humana, pero nos hemos acostumbrado a él mediante la evolución del ser humano. En medio de estas dos posturas, minimalismo y correr tradicional, podría estar la razón. Obviamente, el ser humano no está diseñado para correr con zapatillas. Como tampoco lo están los perros o un caballo. Ahora bien, éstas permiten desarrollar la actividad de forma más cómoda y sin el riesgo de padecer lesiones. Teniendo en cuenta esto, pues, los puntos más significativos del correr tradicional son los siguientes:
-Protección de la planta del pie. El calzado, con sus funciones de control de movimiento, amortiguación y estabilización, ayuda a distribuir el impacto y a disminuir las fuerzas de éste sobre el talón.
-Disminución en la carga y en el estrés que sufre la musculatura lumbar durante la carrera.
-No todos los corredores están preparados para correr con la técnica de carrera necesaria para el barefoot (una mala praxis puede comportar lesiones importantes y problemas físicos como el síndrome de la cintilla iliotibial).
Correr descalzo o con unas zapatillas minimalistas no es dañino. Por si misma, las zapatillas minimalistas no deben ocasionarnos lesiones si nuestra forma de correr está adaptada a ella. El problema viene cuando no hemos hecho el ejercicio de educación y transición a la forma de correr que este tipo de zapatillas requiere. Correr descalzo obliga a correr de forma más natural, entrando más de punta y no tanto con el talón, causa de algunas lesiones del runner. Hay que tener precaución y este proceso de adaptación y cambio no debería ser menor a dos meses. Y es que nuestros pies, tobillos y gemelos pueden estar muy debilitados por haber calzado siempre unas deportivas tradicionales. Si de golpe ejercitamos estos músculos, sin progresividad y tiempo, se resentirán, dolerán y podemos llegar a lesionarnos de gravedad. Aclarado este aspecto, y antes de entrar a dilucidar las características de modelos concretos, queremos destacar el decálogo de consejos que ofrece la marca FiveFingers para corredores que se quieren convertir en barefooters:
-No correr con zancadas largas, ya que esto provoca estrés en los gemelos, tendones de Aquiles y el arco del pie. Así, hay que aumentar la cadencia de carrera a 180 pasos por minuto.
-Hacer un apoyo ligero. Los corredores ligeros son silenciosos.
-No apoyar con el talón.
-Escuchar al cuerpo en cada fase del proceso de adaptación. No hay que sobreejercitarse, ya que tenemos el riesgo, probable, de lesionarnos. Utilizando FiveFingers, el aumento de kilometraje no debe ser superior al 10% entre una semana y la siguiente. Al principio, no hay que correr más de una vez cada dos días.
-Es normal que duelan los músculos. Pero si duele una parte del pie, puede ser síntoma de lesión.
El debate entre partidarios y detractores de las zapatillas minimalistas seguirá abierto. Por nuestra parte, ponemos encima de la mesa los pros y los contras de cada elección. Posteriormente, cada corredor, en función de objetivos y sensaciones, escogerá cuál es su camino. No obstante, en el caso de hacer un traspaso evolutivo hacia el correr descalzo, sería preceptivo hacer una visita al podólogo y experto en biomecánica, que podrá asesorarnos más exhaustivamente. La técnica de correr descalzo es mucho más importante que el modelo de zapatilla que usemos. En este caso, pues, a diferencia de las zapatillas habituales, el primer paso es adquirir la técnica necesaria y después el modelo que más nos guste, ya que el tipo calzado barefoot casi podría ser secundario. Un ejemplo de esta afirmación pueden ser los corredores keniatas, etíopes o eritreos, por citar algunos ejemplos. Cuando son pequeños, corren descalzos y depuran una técnica óptima. De mayores, no importa qué zapatillas se calcen, su técnica es exactamente la misma que cuando corrían descalzos. De todas formas, enumeramos, sucintamente, algunos de los modelos que ofrece el mercado minimalista.
Vibram FiveFingers, los pioneros en zapatillas minimalistas
Los americanos de Vibram FiveFingers suponen la marca pionera por excelencia del movimiento barefoot. Sus modelos llaman la atención por ser un reflejo del pie, con sus cinco dedos (de aquí viene su nombre). Su modelo más emblemático no podía llevar otro nombre. Era obligado. Nos referimos al Vibram Fivefingers Bikila Evo. Supone una evolución del modelo clásico. Pesan 143,7 gramos (talla 42 EUR), pero lo más interesante es que presentan una suela algo más gruesa que el resto de zapatillas de la marca, llegando a los 8,5mm de espesor. Divididos de la siguiente forma: 2,5mm de goma en las zonas claves de desgaste, 4mm de EVA en la media suela y 2mm de plantilla interior. Eso sí, mantienen un drop cero. Han mejorado en flexibilidad y, estéticamente, lanzan una gama de colores más amplia que la original.
Las Vibram Fivefingers SeeYa tienen menos grosor que las Bikila Evo. 6,2mm. En este sentido, la suela ofrece poca protección con 2,2mm, 1mm de media suela EVA y Footbed de poliuretano de 3mm. Tampoco están fabricadas de una sola pieza, sino que añaden refuerzos resistentes (aunque más sencillos y finos que el modelo anterior) en las zonas de mayor abrasión. La flexibilidad y la comodidad son excelentes, siendo el ajuste en la zona del talón su ingrediente débil. Todo ello en una zapatilla que pesa, sólo, 106 gramos, hecha básicamente de poliéster, muy transpirable. En este caso, en caso de temperaturas bajas, no está de más el uso de calcetines de cinco dedos. La durabilidad de las SeeYa es excelente: puede llegar a los 1.000 quilómetros o más.
Dentro del catálogo de esta marca, también cabe mencionar las Fivefingers Treksport. Se trata de un modelo para correr o caminar en todo tipo de terrenos. Tienen una protección total de 8mm (media suela EVA de 4mm y la clásica suela externa de Vibram de 4mm con microtacos en los metatarsos y en la zona del talón). Una combinación, EVA+Vibram, que no es la mejor para la montaña, a pesar del confort inicial. La protección de la suela entre los metatarsos y los dedos también es escasa, por lo que el pie puede sufrir el contacto de piedras y demás elementos en exceso (este problema, de hecho, se ha corregido en el modelo Spyridon, mucho más aconsejable para correr por montaña). Pesan 184 gramos y, obviamente, tienen un drop inexistente. Durabilidad y transpirabilidad son sus ases en la manga.
La tradición inglesa, en manos de Inov-8
La compañía inglesa va entrando, poco a poco, en el mercado europeo con sus productos diseñados para un funcionamiento natural del pie, sin grandes amortiguaciones ni apoyos excesivos. En nuestro país, gracias a la imagen de corredores como Pau Bartoló o Judit Franch, ya se la empieza a conocer de forma más exhaustiva. Dentro de su colección, destacan las Inov -8 Road X-Lite. Con un peso de 155 gramos, esta zapatilla está diseñada para corredores que quieren competir hasta el límite (según anuncia la misma marca). Tienen un drop de 3mm, y son muy útiles para carreras y entrenamientos de velocidad en asfalto. La estética es muy atractiva y el upper muy cómodo. Son una garantía de transpirabilidad por su diseño.
En el apartado de montaña, Inov-8 dispone de varios modelos. El TrailRoc 235 tiene 8mm de suela, por lo que ofrecen una buena protección ante las irregularidades del terreno. Además, gracias a los tacos de caucho que tiene, ésta ofrece una gran tracción. La parte superior está fabricada con una malla de dos capas, reforzando la puntera con un trozo de goma resistente. Para algunos, pueden tener sobrepso (260 gramos, número 44 EU). El Inov-8 TrailRoc 255 supone una excepción dentro de la filosofía de la marca. No cumple del todo con el concepto minimalista. Es un modelo muy funcional, con gran flexibilidad, una buena amortiguación trasera y una más que aceptable amortiguación delantera. La pisada, asimismo, se engancha al suelo, como un adhesivo (en la suela llega a tener hasta 76 tacos). Como decíamos, la TrailRoc 255 se sale un poco de la media dentro de la marca inglesa y tiene una caída de atrás hacia delante (drop) de 6mm. Ofrece una amortiguación media, por lo que puede ser aconsejable para terrenos pedregosos. Es una zapatilla simple que garantiza unas grandes prestaciones, sobre todo a nivel de agarre en zonas con piedras sueltas, roca y terrenos húmedos con barro o hierba. Y, para terminar con los modelos de Inov-8, no podíamos dejar de hablar del Tri-X-Treme 225. Se trata de unas zapatillas minimalistas diseñadas para triatletas y duatletas, con un sistema de lazado rápido y un upper muy ventilado. Es un ejemplar que ofrece un gran matrimonio con el suelo, incrementando la propiocepción.
Merrell, creando zapatillas minimalistas desde 1981
Esta marca estadounidense empezó su andadura como empresa deportiva diseñando y comercializando calzado para trekking. Con el paso de los años, han ido ampliando su abanico de productos y también su especialización. Una de sus características es la elaboración del empeine y la cámara de aire “Air Cushion”. Uno de los pares de zapatillas más conocidos de Merrell es el Road Glove. Con un drop inexistente (0mm) y 170 gramos de peso, están pensadas para entrenamientos sobre asfalto. E indicadas para corredores neutros de entre 68 y 81 quilos. Tienen 4mm de amortiguación y el upper está fabricado en una malla 100% transpirable. Además, cuentan con un protector de goma en la zona de la puntera y una suela Vibram, garantía de durabilidad. También cabe mencionar que llevan detalles reflectantes para una mayor visibilidad en horas nocturnas.
Por otra parte, el Merrell Trail Glove es un modelo diseñado principalmente para correr o caminar en montaña. Asimismo, también se adapta a otros terrenos como el asfalto. Las Trail Glove tuvieron una gran aceptación, pero este segundo ejemplar mejora incluso las buenas prestaciones que ya tenían de salida. El grosor total, efectivo, de la suela es de 11mm, con 0 drop. La combinación es una fina entre suela de goma EVA, placa de absorción de impactos y suela externa Vibram. La protección ante piedras y otros elementos, pues, es media. La flexibilidad, algo rígida al principio, mejora con el uso, y el diseño superior se ha renovado completamente. La malla transpirable es más suave y resistente que la anterior y los refuerzos generan una mayor protección en la puntera. Otro de los cambios destacables son los nuevos cordones: más robustos y que garantizan una mejor sujeción del empeine. La durabilidad también es uno de los ases en la manga que presentan las Trail Glove. Así pues, son una buena opción versátil para senderos sencillos en montaña y donde no haya demasiadas piedras y en asfalto también responden perfectamente (para algunos, incluso mejor que en montaña). Pesan 198 gramos.
Minimus, las zapatillas minimalistas de New Balance
La apuesta de New Balance por el natural running viene de lejos. Muchos de sus modelos ofrecen drops bajos, y su buque insignia dentro del trail running, Anton Krupicka, es un ferviente defensor también del correr más natural (aplicado a todos los sentidos). New Balance ofrece una zapatilla en el segmento más experto del natural running y a un paso del minimalismo. La Minimus 10V2 o MR10V2 se situaría a medio camino entre una y otra opción. Es perfecta para cualquier corredor antes de dar el paso al drop 0 de bajo perfil que pueden ofrecer marcas como Merrell, Vibram FiveFingers o VivoBarefoot. Así, es también un paso de transición antes de la exitosa Minimus Zero de la misma firma. Ideal para corredores de pisada neutra que buscan poca protección y mucha estabilidad. La MR10V2 incluye muchas novedades respecto a su modelo precedente. Mantiene un drop de 4mm, pero reduce su perfil en 2mm (18mm en el talón y 14mm en el ante pie). De esta forma, nos encontramos ante una zapatilla más baja y, dentro de las zapatillas de transición hacia el minimalismo, es una de las que nos permite percibir mejor el terreno por el que pisamos. El RevLite forma el 100% de la media suela (se trata de unos de los materiales más avanzados del mercado, que da un tacto muy suave y es muy duradero) y reduce el estrés por impacto (para algunos, incluso mejor que otras de material EVA). Tiene una flexibilidad muy destacable, además del refuerzo de la zona del arco del pie, muy consistente. Y, todo ello, con un peso muy contenido dentro del segmento: 184 gramos (30 menos que su antecesora).
Vivobarefoot, el minimalismo como única opción
Esta multinacional británica tiene como bandera el minimalismo. Y no únicamente para zapatillas minimalistas, sino también casual. De hecho, son unos fervientes defensores de esta opción e incluso hacen pedagogía de ella (tal y como se puede consultar en su página web). Su internacionalización está llegando, con cuenta gotas, a nuestro país. Pero los amantes de las zapatillas minimalistas son unos grandes conocedores de la misma. Hablando de zapatillas, destacaremos dos modelos. Las Vivobarefoot Stealth tienen una suela de 3mm y drop cero para un peso total de 250 gramos. La característica más llamativa es la resistencia de la suela, que ofrece un tacto suave, además la flexibilidad (es como una segunda piel). Para algunos, esta zapatilla es una obra de ingeniería. El upper ofrece un aspecto muy atractivo, sin llegar a ser impermeable, pero ofrece una gran transpirabilidad que permite mantener el pie seco. Las Vivobarefoot Stealth entran en una nueva clase de zapatillas minimalistas, que aúnan estilo, funcionalidad, resistencia y durabilidad.